por Laura Caballaro
Elegir parejas por debajo de tus estándares es uno de los mensajes que surgen en una sociedad que constantemente nos recuerda que debemos "aspirar a más", muchas personas sorprendentemente optan por relaciones de pareja que no están a la altura de sus expectativas o deseos. ¿Por qué alguien se conforma con menos de lo que sabe que merece? ¿Por qué hay quienes eligen, una y otra vez, a personas que claramente están por debajo de sus estándares, tanto emocionales como intelectuales o físicos?
La respuesta a estas preguntas suele estar enraizada en patrones de inseguridad y apego ansioso. Este tipo de apego genera una profunda necesidad de estar en una relación, sin importar la calidad de la misma, porque el miedo a quedarse solos es más fuerte que el deseo de esperar por una pareja más compatible. En lugar de apostar por alguien que esté a su nivel o incluso los inspire a ser mejores, estas personas eligen la seguridad de lo conocido, aunque eso implique sacrificar su propio bienestar emocional.
La ansiedad y la inseguridad en el terreno afectivo son armas de doble filo. El apego ansioso lleva a la constante búsqueda de validación externa, donde estar con alguien, cualquiera, parece mejor que estar solos. Sin embargo, esta decisión alimenta un círculo vicioso: cuanto más baja la persona sus expectativas para evitar el dolor del rechazo o la soledad, más se devalúa a sí misma en el proceso.
El problema con esta elección no es solo la insatisfacción que trae, sino también el mensaje interno que refuerza: "No soy suficiente". Y es aquí donde comienza la autodestrucción silenciosa. Las personas que se conforman con menos de lo que saben que merecen no solo sabotean sus relaciones actuales, sino también su crecimiento personal.
El verdadero desafío es aprender a estar solos con dignidad, a no aceptar cualquier cosa solo para calmar la ansiedad que genera la incertidumbre emocional. Es fundamental entender que conformarse por miedo o inseguridad nos lleva a una relación donde la base es la dependencia, y no el amor genuino.
¿Por qué permitimos que nuestras inseguridades dominen nuestras decisiones afectivas? La respuesta está en lo difícil que es enfrentarnos a nuestros propios miedos. Pero solo cuando somos capaces de sostenernos emocionalmente, seremos capaces de atraer y elegir a quienes verdaderamente estén a la altura de nuestra esencia.
Este debate seguramente generará muchas reacciones, especialmente en quienes se sienten identificados con este patrón de conducta. ¿Estamos listos como sociedad para cuestionar nuestras elecciones afectivas, o preferimos seguir justificando decisiones que, en el fondo, solo nos llevan a relaciones insatisfactorias?
Lic. Laura Caballaro