09/03/2025 - Edición Nº240

Psicología

Educación

Terapia sexual: rompiendo barreras para recuperar la intimidad

25/01/2025 17:31 | En un mundo donde la sexualidad sigue siendo un tema cargado de tabúes, la terapia sexual se posiciona como una herramienta esencial para mejorar la calidad de vida de las personas



En un mundo donde la sexualidad sigue siendo un tema cargado de tabúes, la terapia sexual se posiciona como una herramienta esencial para mejorar la calidad de vida de las personas. Hoy más que nunca, es fundamental hablar de los problemas que afectan nuestra intimidad, entendiendo que estos no solo tienen un impacto físico, sino también emocional y relacional.

Las consultas más frecuentes en terapia sexual varían, pero destacan dos preocupaciones principales: la disminución del deseo sexual en mujeres y la disfunción eréctil en hombres. Estas dificultades, lejos de ser excepcionales, son experiencias comunes que afectan a miles de personas y que, por falta de información o miedo al juicio, muchas veces se mantienen en silencio. Sin embargo, reconocerlas y buscar ayuda profesional es el primer paso hacia la solución.

La disminución del deseo sexual en mujeres

La falta de deseo sexual en las mujeres puede tener múltiples causas. Desde factores hormonales, como los cambios que acompañan a la menopausia o el posparto, hasta cuestiones emocionales como el estrés, la ansiedad, o problemas en la relación de pareja. La presión social y los mitos sobre la sexualidad femenina también juegan un rol importante. En terapia, se busca desentrañar estas causas y trabajar en estrategias para reconectar con el propio deseo, sin culpabilizar ni patologizar el proceso.

La clave está en entender que el deseo sexual no siempre es espontáneo; muchas veces es responsivo, es decir, se despierta en contextos que favorecen la intimidad y la conexión emocional. Crear esos espacios, sin presiones, puede marcar la diferencia.

Disfunción eréctil en hombres

Por su parte, la disfunción eréctil afecta a hombres de todas las edades, aunque es más común a medida que avanza la edad. Las causas pueden ser físicas, como enfermedades cardiovasculares, diabetes o efectos secundarios de medicamentos, pero también psicológicas, como el estrés, el miedo al fracaso o problemas de autoestima.

En terapia sexual, se trabaja para identificar si el origen es orgánico o emocional y, a partir de ahí, se diseñan intervenciones específicas. Además, se busca romper con la creencia de que la virilidad está ligada exclusivamente al desempeño sexual, ayudando al paciente a redefinir su masculinidad de forma más saludable y libre de presiones.

El enfoque de la terapia sexual

La terapia sexual no solo se enfoca en resolver el síntoma (la falta de deseo o la dificultad para mantener una erección), sino que aborda de manera integral los factores que influyen en la vida íntima de las personas. Esto incluye trabajar en la comunicación de pareja, mejorar la autoestima, aprender sobre el cuerpo y sus respuestas, y derribar prejuicios y mitos.

Los beneficios no se limitan al ámbito sexual; también se observa una mejora en la relación de pareja, en la calidad del vínculo emocional y en la percepción del propio bienestar. La sexualidad es parte esencial de nuestra identidad, y trabajar en ella tiene un impacto positivo en todas las áreas de la vida.

Romper el silencio, el primer paso

La terapia sexual es un espacio seguro, libre de juicios, donde cada individuo o pareja puede expresar sus preocupaciones y buscar soluciones. Atravesar el miedo inicial de hablar sobre estas cuestiones puede ser difícil, pero el resultado vale la pena. Porque, al final, la sexualidad plena y saludable no es un lujo, sino un derecho que todos merecemos disfrutar.

Hoy más que nunca, la invitación es clara: hablemos de sexualidad, busquemos información y rompamos el silencio. La solución está más cerca de lo que creemos.
 

                                                                                                                             Lic. Laura Caballaro