De la angustia a la aceptación: cómo superar una separación

El fin de una relación de pareja suele venir acompañado de una profunda angustia. No importa si la ruptura fue inesperada o si llevaba tiempo gestándose, el vacío que deja la ausencia del otro puede sentirse como un abismo imposible de atravesar. Sin embargo, este dolor no es eterno ni insuperable. Comprender sus causas y permitirnos transitarlo con consciencia es el primer paso hacia la sanación.

¿Por qué duele tanto la separación?

La angustia que experimentamos no es solo por la pérdida de la persona, sino por lo que representaba en nuestra vida. En una pareja depositamos proyectos, ilusiones y hasta parte de nuestra identidad. Cuando todo eso se rompe, es natural sentir miedo, tristeza y hasta desesperación. Además, el cerebro, acostumbrado a la presencia del otro, reacciona como si se tratara de un síndrome de abstinencia, intensificando la necesidad de recuperar lo perdido.

Estrategias para superar la angustia

    1.    Aceptar el dolor sin resistirse
No se trata de evitar la tristeza ni de negarla con distracciones superficiales. Permitirse sentir es necesario para procesar la pérdida y evitar que el dolor se convierta en una herida sin cerrar.
    2.    Evitar la idealización
Solemos recordar solo lo bueno y olvidar las razones que llevaron a la separación. Romper con esta distorsión nos ayuda a ver la realidad con más claridad y a soltar lo que ya no nos hacía bien.
    3.    Cortar los lazos de dependencia
Reducir el contacto con la expareja, al menos en la primera etapa, facilita el proceso de desapego. Revisar fotos, conversaciones y redes sociales solo prolonga el sufrimiento.
    4.    Canalizar la energía en uno mismo
Es momento de reencontrarse. Retomar pasatiempos, fortalecer vínculos sociales y enfocarse en el autocuidado ayudan a reconstruir la autoestima y a recuperar la autonomía emocional.
    5.    Buscar apoyo emocional
Hablar con amigos, familiares o incluso acudir a terapia permite expresar lo que sentimos sin quedarnos atrapados en el sufrimiento.

Dejar ir para abrirse a lo nuevo

Aceptar una separación no significa resignarse, sino comprender que la vida sigue y que el amor propio es la base de cualquier vínculo futuro. Aunque en este momento parezca imposible, con el tiempo la angustia se transforma en aprendizaje y la herida deja espacio para nuevas oportunidades. El duelo es un proceso, pero al final, siempre llega la calma.

                                                                                                                           Lic. Laura Caballaro