22/11/2024 - Edición Nº133

Niños

Hábitos

¿Qué hacer cuando los chicos no hablan o hablan poco?

20/07/2024 01:38 | Advierten sobre la necesidad de informar acerca de cómo estimular el lenguaje y la comunicación, una acción primordial en los primeros años de vida, sobre todo en aquellos niños que tienen un retraso en el desarrollo de estas funciones o se expresan de forma limitada



“Un niño con desarrollo normal va aprendiendo de las experiencias que vive y de las situaciones cotidianas que hay en el ambiente, va interiorizando información y haciendo que el proceso sea natural. Ahora bien, cuando llega a la consulta y presenta un retraso, necesita por un lado comenzar una evaluación neurolingüística y/o tratamiento y por otro lado que la familia conozca de qué manera mejorar los intercambios comunicativos y lingüísticos, es decir necesita estimular su lenguaje”, define la Lic. en Fonoaudiología Patricia Villalba, Coordinadora del equipo de Lenguaje y comunicación del Hospital de Clínicas de la UBA (MN 9319 y MP 1866).

La fonoaudióloga advierte: “Consideramos oportuno informar a los padres acerca de cómo estimular a sus hijos para adquirir las herramientas adecuadas ya que muchas veces  vemos casos de estimulación muy pobres o casos de niños sobreestimulados siendo tanto una situación como otra poco eficaz e inadecuada”. Por eso, desde su sector convocan a una actividad abierta para que las familias conozcan qué significa estimular y cómo hacerlo en función de la edad y las características del niño.

La estimulación del lenguaje en la infancia abarca múltiples aspectos. El tratamiento fonoaudiológico no siempre es necesario pero, cuando se lo requiere, debe ir acompañado de un cambio de hábitos. La especialista explica que en el desarrollo del cerebro y de las conductas son clave las experiencias que el niño transite. Y que todo lo que tenga que ver con esta etapa de la infancia va a impactar posteriormente en su desempeño, aprendizaje y nivel atencional.

“Debe haber una participación activa de la familia en todo sentido más allá de que el chico reciba o no atención foniátrica. Para que salga adelante, a veces se necesita modificar cosas en la casa, inclusive situaciones de interacción o falta de interacción diaria. Tiene que haber un cambio cultural en varios aspectos”, sostiene Villalba.

“Cuando vienen los padres con los hijos al consultorio vemos que los chicos tienen poco vocabulario, un lenguaje muy escaso. En sus hogares no hablan entre ellos, no juegan ni pasan mucho tiempo juntos. Además, los niños utilizan mucho la computadora o están mucho frente a la pantallas, no tienen objetos variados para entretenerse y sus experiencias fuera de casa son reducidas”, dice la especialista.

Por otro lado, en el consultorio detectan que hay sobreestimulación “cuando la mamá o el papá le hablan al chico todo el tiempo y no dan lugar a que se exprese. No hay toma de turno, es decir, cuando el adulto habla y el chico escucha y luego pasa al revés, donde puede haber un mensaje y una respuesta a ese mensaje. O muchas veces cuando a los niños no se les entiende qué dicen, los padres terminan hablando por ellos. En estas situaciones no hay estimulación”, aclara la fonoaudióloga.

Si bien cada historia debe abordarse particularmente, desde el hospital-escuela brindan recomendaciones generales para que el lenguaje del niño tenga un desarrollo adecuado:

  • Variedad de experiencias: es muy importante que los papás salgan con sus hijos y visiten diferentes contextos o lugares. No es necesario pagar una entrada para hacerlo. Por ejemplo, pueden ir a la plaza y conversar sobre las cosas que ve o acerca de las aves e insectos que observa. Son situaciones que, a pesar de que muchos padres consideran obvias, no lo son, por eso deben generarlas.

  • Jugar con ellos: aunque casi todos los adultos lo consideran fundamental, la mitad no tiene disponibilidad en su agenda para hacerlo y 2 de cada 10 no saben qué juegos son adecuados. El pediatra o un especialista en lenguaje puede asesorar sobre las opciones sugeridas para cada edad.

  • Evitar o reducir el tiempo de exposición a las pantallas: según la Asociación Americana de Pediatría, tiene que haber un tiempo delimitado para el uso de dispositivos y que sea preferentemente desde los 2 años. Entre los 2 y 5 años, se sugiere que no sea de más de 1 hora al día. 

  • Dar espacio al niño para que se exprese: hablarle y escucharlo. Dar lugar al intercambio de mensajes. No hablar por él aún cuando tenga dificultades sino ayudarlo a comunicarse.

  • Llevar una rutina: el niño debe saber que, por ejemplo, después de hacer la tarea va a bañarse y luego a cenar. Así su cerebro se va organizando y va planificando situaciones. El niño necesita organizar su pensamiento para que su lenguaje también sea organizado. Necesita no solo hablar, sino también planificar un  mensaje, seguir un orden en la conversación, imaginar situaciones y hablar acerca de ellas, etc. Necesita tener un orden que se va a dar en función de cómo los estímulos y las experiencias son presentadas.

  • Buen descanso: el sueño adecuado es muy importante para crecer, mantener la atención y otras funciones. Un niño que se duerme en el aula lo que menos le importa es prestar atención y va a aprender menos en su etapa de desarrollo. 

  • Alimentación adecuada: que los chicos coman las cuatro comidas. Además, la Lic. Laura Romano (MN 3011), Nutricionista del Área de Pediatría y Maternidad del Clínicas, explica que es ideal planificar su alimentación con un especialista en nutrición, si bien, en líneas generales recomienda que los platos incluyan alimentos de diferentes grupos -vegetales y frutas, cereales y legumbres, carnes y huevo y grasas saludables-, priorizar la comida casera, evitar freirla y controlar el uso de la sal.