Esta enfermedad afecta a 6 de cada 10 pacientes, la mayoría de sexo femenino. La función del sistema venoso es asegurar el retorno de la sangre hacia el corazón. En los miembros inferiores, cuando falla el aparato valvular, la sangre queda en el sector afectado, las venas se dilatan, aumenta la presión y disminuye la velocidad del flujo de la sangre. Esto causa alteraciones en la pared venosa, en el aparato valvular y en los tejidos circundantes dando origen a los síntomas y signos de la enfermedad venosa.
“Es sumamente importante que la persona comprenda el rol que juega para controlar su enfermedad y mantenerse en buenas condiciones. Los profesionales de salud debemos suministrarles información, estimular su desarrollo de habilidades y promover el involucramiento de los miembros del equipo de atención y de la familia para que se sienta acompañada”, sostiene la Dra. Mabel Bussati, médica especialista en Flebología y Linfología y consultora de la división de Cirugía venosa y linfática del Hospital de Clínicas (MP 57.716).
Los síntomas más comunes son dolor, hinchazón, picazón, calambres y pesadez de las piernas, edema y signos visibles como las arañitas vasculares, telangiectasias, varices de distintos grados, cambios en la coloración y textura de la piel. Las complicaciones más frecuentes son la úlcera venosa y las trombosis venosas, y puede ocasionar discapacidad. “Es importante saber que hay factores que podemos modificar para evitar la progresión de la enfermedad venosa: evitar el sobrepeso, combatir el sedentarismo, realizar compresión con vendas o medias que cumplen esta función y tomar medicación venotónica”, afirma Bussati.
Con respecto al linfedema, la especialista explica que “en la circulación intervienen los vasos linfáticos, que cumplen una función importantísima llevando desde los tejidos hacia la circulación general el agua y proteínas de alto peso molecular. Cuando falla, hay una hinchazón de la parte del cuerpo, que conocemos con el hombre de linfedema. Aquí también es muy importante el diagnóstico y el tratamiento a tiempo para evitar formas discapacitantes”.
El linfedema puede aparecer desde el nacimiento y afecta por igual a ambos sexos , tanto desde el nacimiento como en la edad adulta. El espectro de causas es muy amplio y abarca tanto una enfermedad propiamente del sistema linfático como otras que lo pueden afectar secundariamente, como la insuficiencia venosa crónica no tratada o una infección bacteriana o por parásitos, entre otras.
El tratamiento, acordado con el equipo de salud, requiere una participación activa del paciente dado que parte fundamental del mismo está relacionado a la forma en la que la persona aprenda a convivir con los síntomas.: “Durante toda su vida va a convivir con la enfermedad y el tratamiento de la misma, por eso es importante que conozca cómo llevar una alimentación saludable, qué tipo de ejercicio realizar, cómo manejar la compresión, cómo poner en marcha el sistema linfático a través de la respiración y maniobras sencillas en puntos clave del organismo”, expresa Bussati.
Los talleres para pacientes portadores de enfermedad venosa crónica y linfedema se realizan en la división de Cirugía venosa y linfática, todos los últimos miércoles del mes en el Hospital de Clínicas de la UBA (Av. Córdoba 2351, CABA). Estas actividades ofrecen una valiosa oportunidad para que los pacientes aprendan sobre sus enfermedades, el tratamiento y las estrategias de autocuidado. Estos encuentros prácticos y teóricos proporcionan el soporte necesario para que los pacientes puedan manejar mejor sus condiciones y mejorar su bienestar general.
Por otra parte, el Programa Anual de talleres educativos teórico-prácticos para pacientes portadores de Insuficiencia venosa crónica, Linfedema y Lipedema, la División de Cirugía Venosa y Linfática convoca el 31 de Julio, de 9.45 a 12hs, a una jornada interdisciplinaria abierta a la comunidad, "Autocuidado y Salud", a realizarse en Av. Córdoba 2351, 7mo piso, aula 70.