De acuerdo al análisis de los investigadores, el sentido de pertenencia a un grupo o comunidad y el apoyo social que nos brinda pueden reducir la sensación de aislamiento, aliviar trastornos inherentes a la vida diaria tales como depresión, ansiedad o el estrés y, en consecuencia, generar un mayor grado de bienestar en la persona.
Este impacto positivo para el individuo se traduce en una reducción en la tasa de mortalidad, gracias a la interacción social y el aumento de las endorfinas, que son las sustancias que produce nuestro cerebro y que generan un efecto de placer, para mitigar la aparición de enfermedades.
Cabe recordar que, al estar con un grupo de personas que sienten la misma pasión, se genera una sinergia que cambia el humor de cada una de ellas. Sobre todo, si se trata de una actividad que sea de entretenimiento y, más aún, si es un partido con resultados a favor del equipo del cual la persona es hincha.
En conclusión, cuando nos unimos a una multitud animada y nos involucramos en un partido, nos sentimos parte de un colectivo que es más grande que nosotros mismos. Entonces, una de las claves para cuidar la salud mental podría ser tan simple como aceptar que no hay un “yo” solamente, sino un “equipo”.