Son muchas situaciones en las que el cuerpo enferma por una causa mental sin existir una causa física como tal. Las emociones influyen más de lo que podamos pensar en nuestra salud. Hay una relación directa e intensa entre las emociones, los órganos y los síntomas que podemos experimentar.
Seguro que hemos oído hablar más de una vez que la mente controla al cuerpo, el funcionamiento biológico del cerebro es el que hace que esto sea así, que exista una relación entre pensamiento y cuerpo, entre emoción y síntoma. Por eso, órganos como el corazón o el intestino se relacionan con la alegría que los estimula, en cambio, la agitación o el exceso de excitabilidad, el stress o la ansiedad pueden causar taquicardias, insomnio y falta de concentración.
Las personas obsesivas y que se desbordan emocionalmente suelen tener un desequilibrio cardiaco y digestivo. Si vivimos con resentimiento, rabia, agresividad, cólera, indignación, irritabilidad o ira, nuestro hígado y vesícula biliar sufrirán.
Las personas muy activas que se preocupan en exceso, que reaccionan con agresividad e ira de manera desproporcionada al estimulo sufrido, tendrán manifestaciones físicas relacionadas con problemas del hígado y la vesícula, que se pueden presentar en forma de malas digestiones de las grasas, dolor en costado derecho, color amarillo de la piel y manchas oscuras en cara e incluso problemas de visión.
El temor, la falta de autoestima y la timidez están asociados a los riñones, las glándulas suprarrenales y a la vejiga. El miedo o la angustia pueden dar dolor lumbar e infección urinaria. Nuestra energía se ve reducida, con una disminución del metabolismo y alteraciones de los procesos de la digestión cuando sentimos estas emociones.
La Tristeza, la melancolía y la aflicción pueden afectar al pulmón. Podemos sentir opresión en pecho, dificultad para respirar, resfriados frecuentes, asma y problemas circulatorios, incluso falta de apetito o pereza.
Por tal motivo, algunos de los tips que propone la Organización Mundial de la Salud (OMS) propone:
- Ser activos
- Disfrutar de caminatas con amigos o la familia
- Tomar ocho (8) horas de descanso todos los días
- Hablar con alguien de tu confianza sobre tus sentimientos
- Buscar ayuda profesional, en caso que lo necesites
- Ingerir comida saludable