“El SUH es una enfermedad caracterizada por la destrucción de glóbulos rojos (anemia hemolítica) y la disminución de las plaquetas en la sangre (trombocitopenia), con compromiso de múltiples órganos, en especial los riñones, lo que puede llevar a insuficiencia renal aguda. La causa más común de SUH está asociada con infecciones intestinales causadas por la bacteria Escherichia coli productora de toxina Shiga (STEC)”, comenta Diego Ripeau Nefrólogo pediátrico del Departamento de Pediatría del Hospital de Clínicas (MN 105368).
Esta afección generalmente se desencadena por la ingestión de alimentos o agua contaminados con la bacteria STEC. Esta bacteria produce toxinas que dañan los vasos sanguíneos en los riñones, lo que lleva a la formación de trombos y, en última instancia, al fallo renal. “Si bien los casos y tasas de notificación de SUH en Argentina muestran una tendencia descendente en los últimos años, continúa siendo una enfermedad endémica y nuestro país tiene la mayor incidencia mundial. Es la segunda causa de insuficiencia renal crónica en niños y de trasplantes renales en edades pediátricas, pese a ser una enfermedad prevenible”, resalta el pediatra.
Según el último Boletín Epidemiológico Nacional, se registró una tendencia al descenso de los casos en las primeras siete semanas del 2024. Las notificaciones de SUH del corriente año, registran el menor valor de la serie 2014-2024 (49 casos en lo que va del 2024, 37 casos menos en comparación con el promedio 2014-2023). Por otro lado, los casos de fallecidos en el mismo período, supera el promedio por año registrado para el mismo período, entre los años 2019-2023. La tasa de incidencia actual es de 0,93 pacientes por cada 100 mil habitantes. El 88% de los pacientes requirieron internación y de ellos el 35% en unidades de cuidados intensivos.
Los alimentos contaminados con STEC incluyen carne poco cocida, leche no pasteurizada, vegetales y frutas sin lavar adecuadamente. “Los niños pequeños, especialmente los menores de 5 años, son los más vulnerables al SUH. Otros factores de riesgo incluyen vivir en áreas rurales, contacto con animales de granja y no seguir buenas prácticas de higiene”, resalta el especialista.
“El síndrome urémico hemolítico generalmente se desarrolla por etapas. Primero, al llegar la bacteria E. coli al intestino, produce diarrea intensa, en la mayoría de los casos con sangre, vómitos, dolor abdominal y decaimiento. A los pocos días, es seguido por un cuadro de palidez, debilidad, sensación de fatiga, petequias (manchas rojas en la piel, como puntos), hematomas y disminución de la diuresis (que puede manifestarse por edemas e hipertensión arterial). En casos más graves el SUH puede generar convulsiones, daño neurológico e incluso la muerte por lo que estar atentos a los primeros síntomas resulta importantísimo”, advierte Ripeau.
“Es importante resaltar, que en los pacientes pediátricos, durante los episodios de diarreas, no se recomienda el uso de antibióticos sin indicación médica, ya que pueden producir complicaciones y favorecer el desarrollo del SUH. Lo mismo ocurre con el bismuto, el carbón o similares, antiespasmódicos, loperamida, ni probióticos. Cabe resaltar que si bien no toda diarrea con sangre es producida por STEC (solo el 4-10% de las mismas), éste síntoma es el que nos permite estar atentos a la evolución del paciente. De los pacientes infectados por STEC, un 10-15% evolucionarán a SUH” comenta el profesional.
“No tiene actualmente un tratamiento específico, por lo que él mismo se enfoca en mantener el equilibrio de líquidos y electrolitos, así como en el manejo de la anemia y la insuficiencia renal” advierte el especialista. En casos severos, puede ser necesario el tratamiento de soporte, como transfusiones de sangre o diálisis para ayudar a los riñones a eliminar los productos de desecho del cuerpo. Es importante acudir de inmediato al médico ante cualquier sospecha de SUH, ya que el tratamiento temprano mejora las posibilidades de recuperación.